Conciencia Dormida

El amparo en los confines del tropiezo
de un equilibrista en caída libre
a la cárcel de nuestros orígenes
los huesos, los huesos
testigos silenciosos cuando todo termine
abono de tus flores en tus jardines.
 

Mis palabras sin domesticar
la fiebre del sol no les alcanzó
para entibiar la distancia inmortal
del cielo infinito sin estrellas
bajo el mar que naufragó
sobre tu espalda y su humedad.
 

Mendigo echado sobre la sombra
de un dejo del aliento de tus pasos
sobre mi cama desierta
olvido anclado en recuerdos que te nombran
levitando me siento en los trazos
de la conciencia que al soñar despierta.

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